Critica por Rodolfo Rivas
Los jovenes pintores que nacieron en la segunda mitad del siglo XX son herederos de una tradicion de cinco siglos de pintura naturalista y de una ruptura de esta tradicion durante el siglo XX, a favor de soluciones que de alguna manera empalman con las formas del arte prerrenacentista y tribal.
Cesar Santos pone sobre sus lienzos esta dicotomia que algunos pretenden ignorar y hace de ello su arte. "Mi tiempo - me comento en una ocasion - tiene necesariamente que ser sincretico; y yo lo digo abiertamente. A veces lo grito".
El sincretismo es una postura filosofica que trata de la conciliacion de doctrinas diferentes, un mecanismo social que atenua la confrontacion entre tendencias antagonicas que compiten por un espacio vital.
En esta etapa de su obra, Cesar Santos acomete la tarea de acomodar en un lienzo las dos tendencias mas sobresalientes de los ultimos seis siglos, haciendo uso de depuradas tecnicas de representacion formal adquiridas durante sus estudios en la academia italiana y de su dinamica capacidad de crear encuentros plasticos donde estas tendencias interactuan de un modo vivaz e impredecible.
El elemento aglutinante que permite estos audaces rendezvous es una mezcla muy personal de sensibilidad artistica, irreverencia, ingenio y, como chispa que inflama su creatividad, un humor que a veces es caustico o ironico.
El objetivo ultimo de la obra sincrotica es la formacion de un nuevo ambito plastico que establezca sus propios valores, pero como todo proceso evolutivo genuino, necesita afianzarse en las etapas anteriores, hasta que la asimilacion de las diferentes tendencias se exprese en una unidad.
"Al final - nos dice Santos - obtendremos un producto mas genuino con mayor capacidad de explorar nuevas rutas creativas. Lo mejor de los dos mundos."